El deleite de un silencio interior
Oh, mente incansable y poderosa,
ha brotado el fruto de ti,
el que por tanto tiempo, persistente,
adorando y cultivando viví.
Preocupación, angustia, temor,
que en mi realidad se han reflejado.
Murmullos retumbaban por doquier
y acallaban la voz divina dentro de mi ser.
Ahora me sumerjo en el deleite
de un silencio interior que resplandece,
y libre, aquieta las aguas del torrente,
dejando oír el sonido de esa voz divina…
en mi mente.
Y me recuerda quien mora en mi interior
una chispa divina, que me cuida,
guía y me une al Creador.
Ahora siembro en mente y corazón
semillas de amor y compasión
y dando frutos de paz, alegría, luz y amor
llevan lejos de mi vida el temor,
la angustia y la desesperación.
Carmen García